Fue esa vez en la que supe lo que verdaderamente necesitaba, cuando supe que de amor se trataba. Quiero tenerte cerca, quiero mantenerte lejos, es el síntoma de la indecisión, consecuente por la frustrada mente. El tiempo llegó, la distancia eterna comenzó. Tengo el temor de seguir caminando, y que en mí siga creciendo algo que por ti va. Siento que mi mente tiene que tomar una decisión, quiero quitarte la venda de los ojos y que veas que detrás de ti ando, porque vengo a lograrte, que entiendas que aparentemente no es lo que realmente por dentro es. Tú no me conoces, en cambio yo, de ti conozco lo suficiente para que enamores a mi corazón.
Dar el principal paso de tan sólo una palabra robarte, aunque tu de mi robastes una sonrisa en el momento que rozastes, un simple saludo para mi fue todo un mundo. Tengo la sed de formar parte de tu alrededor, las ansias de mi vida darte, tengo la fe de que algún día escuches mi voz y me prestes atención. Me gustaría regalarte la mejor historia que nunca hayas conocido, porque tu cautivas cada parte de mi, envuelves mi mente cada milésima de tiempo existente de vida. En mi camino queriéndote dentro, tengo el temor de que una decisión sin mi escojas, tengo la peor pesadilla de que nunca pueda hacer que escuches mi corazón. Me inquieta la aceleración de mi corazón, cuando delante de mis ojos estás, cuando de mi mente te adueñas.
Sólo quiero coger un minuto de tu tiempo, decirte todas las palabras que presas en mi están. Dentro de mi rebozaría la mayor felicidad de verte sonreír, un abrazo de ti conseguir, de un te quiero colgar la vida entera.
Quiero prometerte que mi amor tendrás, pasen las vidas que tenga que pasar, esto es algo real.
Seguiré caminando, con la ilusión de algún día poder llegar a ti, que de mi recojas la historia más bonita jamás vivida.